Los nuevos lanzamientos de Apple suceden en un abrir y cerrar de ojos, la prueba clara de ello, fue el iPhone 8 que apenas veía la luz, cuando ya tenía al iPhone X esperando su salida y así lanzarse como lo último en smartphones. Un hecho que no sólo hizo más obsoletos lo modelos anteriores con apenas algunos meses de haber salido, sino que también provocó un letargo en móviles y computadoras.
La llamada obsolescencia programada suele acontecer después de que las empresas tecnológicas dan a conocer un nuevo dispositivo. Una problemática común que nos ha llevado a pensar que las industrias lo hacen de forma intencional, como un plan maléfico para que sus clientes tengan que comprar un nuevo equipo, tan sólo unos años después de haberlo adquirido.
Dicho acontecimiento ha sido desmitificado por muchos especialistas, pues aunque no existe tal conspiración, es cierto que algunos celulares se alentan, algo que sucedió con la última actualización de iOS11. Sin embargo, la causa de ello se debe principalmente a la actualizaciones del software. Ya que estos sistemas operativos pueden desarrollar varios niveles de error que no estaban previstos, ocasionando un iPhone lento.
El proceso técnico de actualización conlleva una serie de acciones, como la migración de archivos, apps y otras configuraciones que cuando son instaladas en dispositivos antiguos pueden ocasionar que ciertas funciones se aletarguen.
Entre las principales recomendaciones de los expertos en tecnología se encuentran las siguientes:
- Una instalación limpia. Lo ideal es realizar una respaldo de toda tu información y eliminar todo el contenido de tu dispositivo, para después ejecutar la actualización del software.
- Cruft. Un mantenimiento al sistema ayudará a limpiar la acumulacion de archivos, configuraciones y otros datos que lentifican tu celular.
- Considerar el espacio libre de la memoria
- Contar con un buen enrutador de WiFi
