La economía de hoy, requiere de liderazgos modernos que estén al tanto de la forma en la que las empresas más exitosas y competitivas aplican diversos métodos, con los cuales amplían su desarrollo y conservan una racha de constante crecimiento. Sólo así es posible tener negocios exitosos y relaciones comerciales eficientes que se traduzcan en rendimientos estables y mayor capacidad de operaciones, lo que a final de cuentas significa crecimiento y bienestar económico. Por eso, uno de los aspectos más valorados por las empresas es el de la administración.
La administración tiene un valor utilitario muy especial para las empresas, ya que el fin práctico de ésta, es el mayor rendimiento posible al menor costo, y con la menor cantidad de pérdidas o desperdicio. Este desafío no es sencillo y se requiere de un tipo específico de formación para adquirir el conocimiento adecuado;
Por otra parte, el liderazgo exige a cierto tipo de personas comprometidas e inteligentes, capaces de resolver problemas, afrontar consecuencias, tomar riesgos y con la habilidad de mantener la calma y la cabeza fría en situaciones complicadas. Este tipo de personalidad es otro aspecto que valoran mucho en el mundo corporativo, puesto que brinda la confianza necesaria a los equipos de trabajo para desarrollar las tareas necesarias de forma eficiente y sin equivocaciones, ya que un buen liderazgo transmite seguridad.
Por lo tanto, el valor práctico de un buen liderazgo se traduce en resultados eficientes cuando se requieren; asimismo, significa motivación para los colaboradores y los colegas en el empleo; y se manifiesta de forma efectiva cuando es necesario, y de la forma más orgánica y adecuada según la circunstancia y el contexto.
