El boom del emprendedurismo ha creado nuevas maneras de convivencia que a su vez han generado cambios estructurales en las formas en que se gestionan las oficinas de trabajo. Sucede que muchas nuevas empresas, dependiendo del giro de negocio, pueden hacer uso de los ya no tan recientes espacios compartidos de trabajo, también conocidos como coworks.
Estos lugares rentados para la operación parcial o total de una empresa es en donde se presentan reglas novedosas de convivencia, ya que la naturaleza de los coworks es concentrar a varias marcas con distintos intereses y fines.
Pero hay que ser muy observador para ver lo que sucede en los espacios comunes, en donde se encuentra la gente a diario dentro de dichas oficinas, como la cocina, los baños, o los pasillos. Como en cualquier lugar cerrado, con un flujo constante de gente, se generan muchos kilos de basura por hora.
Es aquí en donde todos los ocupantes, sin importar el tipo de negocio que ejecuten en el cowork, tendrían que pensar en colectivo sobre cómo minimizar el uso de plásticos desechables y demás contaminantes.
La responsabilidad es de todos
Dentro de una oficina, compartida o no, debe existir una corresponsabilidad implícita cuando se trata de proteger algo más grande que, incluso, una oficina: el medio ambiente. Es importante recordar las maneras comunes para evitar producir tanta basura, como separar, reducir y reciclar.
Es cierto, los medios para poder hacerlo deben estar cubiertos por el administrador o la compañía que renta los espacios comunes de trabajo. Por ello, si no es así, puedes exigir que se implementen medidas de protección al medio ambiente dentro del cowork. De tal manera que puedas depositar los desechos en contenedores específicos de 1100 litros, para el tipo de basura que sea.
Esta medida hará más sencilla la recolección en el proceso de reciclaje. Incluso con los medios dados, cada uno de los ocupantes de estos espacios empresariales debe promover e incentivar el uso correcto de los contenedores de basura.
Habilitar espacios de trabajo comunes no sólo implica enfocar los esfuerzos para los objetivos específicos que cada compañía tenga dentro de su propia empresa. Un buen ejemplo de responsabilidad social sería mantener y ampliar las formas sanas de trabajo en pro de una sociedad más productiva y más libre.
