En 1989 ocurría un serio enfrentamiento de computadoras entre la Sega Genesis y el Nintendo Entertainment System.
En ese punto, la NES había estado en el mercado alrededor de cuatro años y Nintendo era el líder de la industria, con control sobre el 90% del mercado y sobre los desarrolladores.
Sin embargo, los innovadores japoneses de Sega preparaban un asalto con todo contra Mario Bros y todos sus bienes, completo con una poderosa consola, agresiva publicidad y grandes títulos.
En primer lugar, la Sega Genesis era negra. En esos tiempos, ninguna otra consola tenia una imagen tan peligrosa: redondeada, suave y con estilo.
Todas las demás eran grises, cuadradas y aburridas. La atractiva consola de Sega generó grandes cantidades de envidia solamente con esto.
Cuando Sega nos presentaba a Sonic the Hedgehog al lado de Mario, inmediatamente nos dábamos cuenta de que había grandes diferencias.
Nunca habíamos visto gráficas tan impresionantes ni tal velocidad en un videojuego.
El procesador y los 16-bits de la Sega destrozaron a Nintendo mientras todos observábamos en asombro.
Sega Genesis también contrarió a todos los padres de América, ya que su catálogo de juegos estaba repleto de juegos con situaciones adultas y violencia.
El infame Mortal Kombat no hizo más que avivar las llamas. El combo Sega y Mortal Kombat fue uno de los momentos más populares en la industria de los videojuegos.
Que tus padres te permitieran jugar este tipo de cosas y que tuvieras la versión de sangre roja era la fantasía de todo niño. Sega contaba con versiones sin censura de una gran cantidad de juegos.